martes, 8 de mayo de 2018

Europa hacia una Economía Circular

ETSI Montes Forestal y del Medio Natural.Sede del Máster
La ciudadanía europea genera anualmente unos 470 kg de residuos, con clara desiguladades entre países. Cierto es que esta cantidad por persona, va disminuyendo año tras año y además va existiendo una clara concienciación en que hay que cambiar el modo de vida, el modo productivo y el modo en que se consume. Pro realmente, la generación doméstica supone tan sólo el 8% de los residuos producidos, ya que el resto lo genera el sector de la constucción y el productivo.
Pero cuidado, es fácil decirlo e imaginarlo, pero llevarlo a la práctica es muy difícil, pues el consumidor es a la vez sujeto activo (quién compra) y sujeto pasivo (al que presionan para que compre), por lo tanto, no sólo la ciudadanía es la responsable, sino todos tienen parte de responsabilidad en este proceso de cambio.
La Economía Circular es el motor del cambio. Con ella conseguiremos disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, ahorrar recursos naturales renovables y no renovables y sobre todo, puede llegar a ser un elemento decisivo para salvar el planeta, si esta filosofía se extendiese a la mayor parte de los países productores.
Pero qué supondría la Economía Circular para las personas y las empresas. Pues se estima que para la actividad doméstica se verificaría unos ahorros anuales de unos 465 €/año sólo en la factura de la electricidad. Para el secor productivo, se estaría hablando de casi 600.000 millones de euros de ahorro, pero sobre todo, el valor añadido que se está generando con la creación de 580.000 puestos de trabajo a corto, medio y largo plazo, de los cuáles, 170.000 se crearían en el sector de los residuos.
De estos puestos de trabajo, muchos de ellos aun no están creados y están por venir. por ejemplo, la inoovación es el motor del cambio en la Economía Circular y esa innovación surge cuando detectado el problema hay que darle una solución.
Así, si la política es la de reducir el desperdicio alimentario en un 30% para 2025, y quiere conseguir reducir a la mitad esta cantidad para 2030, para conseguir esta meta, los Estados miembros deberán ofrecer incentivos para recolectar la comida que no se ha vendido y poderla redistribuir. Ello va a generar sin duda, numerosos puestos de trabajo en esta línea. Así la Comisión Europea diseñará una metodología para poder definir más claramente lo que suponen los desperdicios alimentarios. Otra de las modificaciones, y donde se ve más claramente las enormes diferencias entre las prácticas de los socios comunitarios, es en los límites a los vertederos municipales.
Aquí surje otro objetivo y es el que las ciudades no podrán enviar más del 10% de sus desechos al vertedero en 2035. Para países como Austria, Bélgica, Dinamarca, Alemania, Holanda, Finlandia y Suecia, el límite no tendrá impacto, ya que ninguno de ellos envía desperdicios a vertederos. En el lado contrario, Malta envía un 92%, y Chipre, Grecia y Rumanía, más del 80% van a vertedero. Otro acicate laboral para muchos técnicos y futuros técnicos en la materia.
Falta formación y técnicos espcializados en Economía Circular y Gestión de residuos, un binomio que hoy día ya no se conciben por separado.
La formación precisa de alto nivel, calidad y seriedad. Para ello hemos diseñado un programa para el curso 2018-2019 denominado Máster en Economía Circular y gestión de residuos, programa de la Universidad Politécnica de Madrid, en el que ya tienes la posibilidad de matricularte o hacerlo parcialmente para el caso de los profesionales.
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