sábado, 10 de marzo de 2018

Estrategia Cero Residuos en la Universidad

Razonablemente, la estrategia de no generar residuos se enmarca en el Plan de Sostenibilidad de la UPM. En este sentido ya se han iniciado actividades con fuerte éxito entre el personal y alumando tales como:
- Contenerización de la UPM de todos sus centros con papeleras para envases ligeros y papel/cartón (amarillas y azules)
- Iniciativa de Caminos sin plástico, promovida por un grupo de docentes y estudiantes, para eliminar los plásticos de un sólo uso en la misma y posteriormete trasladar la metodología al resto de la Universidad.
Se une ahora el compromiso del Residuo cero, que no es más que aplicar el sentido coún a nuestro comportamiento del día a día, así como establecer políticas de compras por parte de las autoridades universitarias para tender a ello.
En el modelo educativo universitario existen estamentos muy diferenciados en el que el uso de las instalaciones difiere (Estudiantes, Personal de Administración y Servicios; Personal Docente e Investigador; Personal de limpieza; Personal de Hostlería y Restauración; visitantes), así como la temporalidad a lo largo del año (períodos lectivos de clases; épocas de exámenes y períodos vacacionales), que también es muy acusada. Ello hace que sea complejo calcular generaciones de residuos, pero no por ello se va a dejar de estudiar los orígenes de estos y sus cantidades, en definitiva, concoer la trazabilidad de los productos en el proceso educativo y de investigación, hasta su transformación en residuo y su gestión.
Pero cuáles son la líneas de actuación para conseguir un Residuo Cero:

- Los equipamientos y suministros en general deben adquirirse de manera que estén certificados como reciclables y que a su vez sus componentes básicos estrcuturales, provengan de materiales reciclados. 
- El sistema lineal de producción debe cambiarse a un sistema circular en el que se pueda maximizar el potencial de reciclaje, ello implica que la universidad como demandante de ello, debe comportarse de manera que nada vaya a vertedero ni a incineración. Reutilizar, reciclar o adquirir productos de consumo con logística inversa es esencial.
- La estancia en aulas y zonas comunes de los centros deberían tener infraestructuras suficientes para la recogida selectiva y/o reutilización de materiales. para evitar la generación de desechos dentro y fuera de las mismas.


Pero es que a nivel particular, también debe haber un compromiso de cambio de nuestra economía de usar y tirar a una economía circular.  Ello produce ahorros importantes al individuo y a su vez, genera un beneficio ambiental añadido. Por señalar alguno de ellos:

 - Utilizar fuentes de agua en los centros o más comúnmente, agua del grifo, evitando el consumo de botellas de plástico.
- Demandar en cafeterías bebidas a granel o en botellas de vidrio retornables, evitando el consumo de latas.
- Evitar el consumo de productos monodosis de alimentos (aceite, vinagre, sal...), fabricados con plasticos.
- Evitar el desperdicio alimentario en comedores

Poco a poco esa cultura se irá imponiendo a nivel de universidad y en realtivamente poco tiempo, se verán los resultados.

En definitiva, desde el punto de vista universitario, todo ello se debe reflejar en realidades:

- Reducción de residuos (compras verdes, con poco embalaje) y conlleva necesariamente una Responsabilidad Social de la universidad y un paquete formativo y de sensibilización para el personal y estudiantes. 
- Lo que no se pueda reducir, reutilizar o devolver, se tendrá que reciclar, a través de las papeleras y contenedores dispuestos en los centros. Hya que tener especial atención a la fracción orgánica generada, pues hay sitios en campos de prácticas para instalación de composteras y utilización del producto resultante en jardinería de los campus.
- Reducir al máximo la fracción resto ono reciclable. Para ello habrá que hacer un seguimiento de la composición de esta fracción a lo largo del tiempo.

Pero todo esto no da resultado si no hay implicación por parte de la comunidad universitaria. Para ello, la comunidad debe ser invitada a crear y a poner en marcha prácticas de reducción de residuos y tomar parte activa en el sistema de gestión de estos recursos (que no residuos).