jueves, 24 de noviembre de 2016

Hábitat III. Conciliando el progreso urbano con el respeto al planeta.

Entre el pasado 17 y el 20 de octubre tuvo lugar en Quito (Ecuador) la cumbre Hábitat III, en lo que supuso la tercera edición de una serie de reuniones de carácter global -convocadas por Naciones Unidas cada veinte años- en las que se intenta predecir y planificar el desarrollo urbano en el que estamos inmersos y las posibilidades de hacerlo sostenible a través de un documento denominado Nueva Agenda Urbana. Más de 50.000 personas se dieron cita en la capital ecuatoriana, superando ampliamente la participación de las cumbres predecesoras (a Vancouver´76 acudieron 6.000 personas y en Estambul´96 hubo 10.000 participantes).

A nivel planetario, las ciudades ocupan actualmente tan solo el 2% de la superficie terrestre. Sin embargo, la mitad de la población vive ya en asentamientos urbanos (en 2040 será el 70%) y es en las urbes donde se genera el 75% de los gases de efectos invernaderos. La base sobre la que se fundamentan todos los debates adheridos a esta cumbre está en cómo encajar la definición de “desarrollo sostenible” en un sistema adecuado de equilibrio urbano-rural. Actualmente la mayoría de progresos humanos se explotan y muestran en las ciudades en base a recursos extraídos de zonas rurales, produciendo de un modo indirecto graves problemas de desigualdad económica, social e incluso humanitaria.

viernes, 4 de noviembre de 2016

¿Cuál es el impacto ambiental de los productos y servicios que consumimos?



En el mundo todas las actividades humanas que desencadenan un proceso de elaboración provocan impactos medioambientales, emiten sustancias, consumen energía y recursos, y pueden generar modificaciones ambientales irreversibles. A la sociedad nos interesa cada vez más valorar los impactos que provocan en el cambio climático, la reducción de la capa de ozono, la sobre-generación de ozono, la eutrofización, la lluvia ácida…etc.

El concepto de Análisis del Ciclo de Vida (ACV) fue desarrollado en los años sesenta y desde entonces es utilizado para la prevención de estos inconvenientes aunque su precisión no es del todo exacta. Actualmente está reglado por un estándar “UNE  EN ISO 14040 y  14044”.