miércoles, 9 de diciembre de 2015

Mi experiencia en un Proyecto de Cooperación Internacional

Desde que nos ofrecieron a los alumnos del Máster en Gestión Sostenible de Residuos la posibilidad de realizar el Trabajo de Fin de Máster formando parte de un Proyecto de Cooperación Internacional, no dudé un segundo en aplicar para ello. Sería una forma ideal de poder aplicar todos los conocimientos adquiridos en todas y cada una de las etapas de la gestión de los residuos sólidos urbanos a la vez que aportaría un granito de arena en el desarrollo de la salud ambiental y el saneamiento urbano de zonas muy achacadas por la pobreza y situaciones políticas y sociales complicadas. En estos países y como es lógico, estas materias no son una prioridad pero creo que un desarrollo social siempre va asociado de forma inherente a un desarrollo ambiental. Sin uno no puede llegar a existir el otro y viceversa. 



Definitivamente todo salió adelante y Guatemala era el destino. La Agencia de Cooperación Española en Guatemala a través de su programa FCAS (Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento) nos ofreció la posibilidad de colaborar en un proyecto de residuos realmente atractivo. Por una parte un Análisis de Viabilidad Económica-Técnica de la Construcción de una Planta de Tratamiento de Residuos que daría servicio a los municipios de la Mancomunidad y por otro lado el establecimiento de una Estrategia de Comercialización de esos materiales que se recuperarían en la planta. Concretamente, nuestro proyecto se llevaría a cabo en la Mancomunidad Copan Cho´rti´, Departamento de Chiquimula; formada por los municipios de Olopa, Camotán, San Juan Ermita y Jocotán y en la que la etnia indígena más representativa, la Cho´rti´, le da nombre.

El enclave está situado en pleno Corredor Seco del Sur Guatemalteco. Zona fronteriza con Honduras Y El Salvador y en donde el país de la eterna primavera se torna en el país de la eterna canícula. La canícula es una consecuencia del conocido fenómeno El Niño, el cual desgraciadamente es más común e intenso cada año y en donde parece que la época de lluvias nunca llega sufriendo sequías que afectan seriamente a sus gentes, a sus ríos y a sus cosechas. `` ¡No me llegan ni a la altura de hombro!´´, era común escuchar a los agricultores cuando hablaban de sus espigas de maíz. Mientras, países como Japón y Brasil enviaban gran cantidad de toneladas de grano básico, seguro que insuficientes, para intentar paliar la hambruna que eso conllevaba.

Tras duras jornadas de trabajo intenso junto a mi compañero Rafael Sánchez fuimos obteniendo resultados que serían los que después darían forma a nuestro Trabajo de Fin de Máster. Este estudio, ya sea en mayor o menor medida, servirá como base técnica para cuando se comience a desarrollar la construcción y puesta en marcha de la planta, ya presupuestada y aprobada bajo el Fondo FCAS. 



Lo que realmente quiero transmitir en esta entrada es lo ínfimo que nuestro trabajo pudo aportar a la Mancomunidad comparado con lo que el proyecto y la gente con la que trabajamos nos aportaron a nosotros, tanto a nivel técnico como a nivel personal. Trabajar en un ambiente tan diferente a la vez que tremendamente parecido, donde las diferencias culturales son más que evidentes te aporta aptitudes que no se llegan a conseguir en otro ámbito de trabajo o proyecto. Tener que adaptarse en cuestión de días a su forma de trabajar, sus tiempos y hacer diario, era todo un reto que acabamos consiguiendo con creces. Fueron muchas las horas y días que tuvieron que pasar para que nos diéramos cuenta de lo que realmente se necesitaba allí. Era importante no pensar con la mente occidental con la que llegábamos y ampliar nuestra visión sobre la gestión de los residuos para poder conocer lo que en realidad hacía falta en esa situación, que sin duda era muy diferente a lo que habíamos venido trabajando y estudiando en España. Todo eso hace que trabajes y pulas tus aptitudes en otro sentido totalmente contrario al que uno está acostumbrado en un proyecto en Europa. Cuando uno vuelve se da cuenta de que ha adquirido una visión mucho más amplia sobre la gestión ambiental en general y sobretodo en tema de residuos. En cada lugar y en cada situación hay que pensar de una forma diferente y desarrollar esa gestión en un sentido distinto al que se está acostumbrado. Y al menos para mí, eso no fue nada fácil. 



Guatemala es un país con una belleza natural indescriptible. Lugares como Semuc Champey, Lago Atitlán y Tikal son de esos lugares que sería obligatorio visitar al menos una vez en la vida. Su gente es realmente hospitalaria y amable. Siempre con esa eterna sonrisa a pesar de la preocupante inseguridad en la que viven. Hay pobreza pero no hay miseria, y eso habría que mirárselo.

Las conversaciones infinitas con la gente maravillosa con la que trabajamos fueron imprescindibles para llegar a empatizar perfectamente con la realidad. Es imposible no acordarse, resaltar y agradecer la paciencia que la Ingeniera Leydi tuvo con nosotros y que tanto nos ayudó. La amabilidad y la eterna disponibilidad para echarnos una mano de Rolando y de los promotores Manuel ``Meme´´, Moisés y Nilmo. El apoyo técnico de Mario ``Titiu´´ y Jorge. Esas charlas y risas sobre lo diferente que nos parecían las cosas cotidianas de la vida con el gran Erlindo. Agradecer también el apoyo y la atención de Manolo De la Cruz y Belén Revelles de la Oficina Técnica de Cooperación de AECID Guatemala. Nombrar cómo no a nuestra familia guatemalteca del Hostal Ramírez que hicieron de su hogar el nuestro. Un agradecimiento eterno a Belén Vázquez-Quevedo que nos brindó todo su apoyo desde el principio hasta el final aconsejándonos y aportándonos todos sus conocimientos ante la gran cantidad de dudas que se nos planteaban. Fue imprescindible para que todo llegase a buen puerto.

Por último quiero dar ánimos de corazón a cualquier alumno o técnico interesado a participar en un proyecto de cooperación de este tipo. Seguro que no arrepentirá. 



Ah! Y encima gané un amigo para toda la vida. Gracias Rafa por compartir todo esto conmigo.


Carlos Alcorta Mellado