jueves, 20 de febrero de 2014

Mi experiencia de cooperación en Ecuador

Mientras cursaba el Máster en Gestión Sostenible de los Residuos de la Cátedra Ecoembes, fui consciente de que los residuos son un problema que afecta de forma tanto global como local, un problema y una oportunidad permanente y real. Tomé conciencia de los problemas que puede conllevar una ausencia de gestión de los residuos y fue entonces cuando pedí la oportunidad de colaborar en algún proyecto de cooperación que estuviera activo en temáticas de residuos.

Tras valorar las distintas opciones que existían me incliné por el proyecto que lleva a  cabo la Fundación IPADE en Ecuador con la AECID, me pareció realmente interesante, práctico, real y útil: “Mejora de la gestión integral de residuos mediante la creación de empresas modelo mancomunadas y la formación de técnicos especializados municipales”.

Sin duda la lección más grande que he aprendido durante este proyecto es a ser aún más autosuficiente e independiente a nivel profesional y personal. Profesionalmente he aprendido a ser más autónoma, a resolver problemas de forma independiente, a tomar la iniciativa, a sentirme capacitada, a sentir que puedo llegar a solucionar dudas y problemas reales con las herramientas necesarias. He aprendido a sentirme más capaz de afrontar retos y superarlos con éxito. 
Con los compañeros de trabajo de Fundación IPADE y CONEMMAI-EP 

Otra de las lecciones que he aprendido, ésta a nivel personal, sin duda es la calidad personal que se puede apreciar en la gente con la que vas encontrándote en el camino. Estar en un país distinto, con sus costumbres y tradiciones, sus horarios…hay que integrarse rápido, absorber cada momento, empaparte de la cultura, del sentimiento, porque eso lo guardas en tu corazón y ya te acompaña siempre. De cada persona que te rodea aprendes a cada instante millones de cosas. Cosas que te enriquecen como persona y como profesional. 

También he aprendido a trabajar en equipo con otro tipo de recursos, a pedir ayuda siempre que la he necesitado y a recibirla con una sonrisa. 

Pero hay algo especial que me llevo y que creo que jamás hubiera conseguido tener en España. Es la sensación de estar colaborando y trabajando para sacar adelante un proyecto en el que crees. Un proyecto que funciona, que realmente ayuda, que da servicio a la población, que no ha surgido por intereses económicos, sino por dar servicio a cantones y municipios. Poder vivir de cerca un proyecto tan completo como el la población de diferentes que lleva a cabo Fundación IPADE en Ecuador con respecto a la gestión de residuos mediante las EMMAI es una oportunidad única. He vivido los problemas reales que pueden acarrear la gestión de residuos y he tenido la  oportunidad de hablar con algunos de los responsables de que este proyecto salga adelante. Poder compartir sus inquietudes, aprender de su perspectiva, escuchar sus necesidades y comprender su incertidumbre. 


La verdad es que me llevo un gran cúmulo de experiencias, vivencias y sensaciones. En mi breve estancia he aprendido mucho. He crecido como profesional y como persona. Enfrentarme al reto de conocer un proceso desde cero, visitar instalaciones, estar en contacto con los trabajadores y técnicos, poder preguntar abiertamente cualquier duda del proceso, la hospitalidad y calidez de la gente, el respeto, el cariño. 

Desde que llegué a Ecuador he mantenido el mismo sentimiento. Cada día que pasa, parece una semana. Aprendes tantas cosas cada día que se te hacen los minutos horas y los días, meses. Es un aprendizaje constante, la curiosidad se siente desbordada. 

Si tuviera que definir la experiencia con una sola palabra sería “seguridad”. Y me refiero a seguridad en mí misma. Considero que estas prácticas me han ayudado a ver la realidad bajo otro enfoque, a apreciar las cosas buenas aún más y a afrontar los problemas con decisión. Realmente he vuelto de Ecuador con una perspectiva algo cambiada y con más energías que nunca. 


 Con D. Juan José Vidal Notario 


Por: Alejandra Tajuelo, Ingeniera Agrónoma